_____________C R Í T I C A__________D E__________C I N E_____________

viernes, 23 de marzo de 2012

Adaptation (Spike Jonze, 2002)

Una película de ficción basada en la no ficción, en una serie de hechos acaecidos realmente y vivenciados de una forma determinada -ahí la ficción- por un personaje que posteriormente los materializa en obra artística (novela) y ésta a su vez es experimentada por otro que ha de materializarla en otra obra artística (guión) incluyéndose a sí mismo y a su experiencia durante el proceso creativo de adaptación, lo que va agregando nuevas líneas de acción a la base -por cierto, ¿cuál era?-, al estilo muñeca rusa, en un proceso de reinvención continuo: en cada paso a una muñeca mayor se cuela una nueva historia -la del cómo se desarrolló el transporte, qué pasó durante el tiempo en el que se fraguaba la adaptación-, que ha de ser incluida en la obra subsiguiente.

Son tres las historias, dos las reinterpretaciones: la infraestructura o base es la variopinta existencia del cazador de orquídeas John Leroche, gran conocedor de las distintas variantes de la flor, quien desarrolla una actitud poética que cubre de magia a la orquídea y la eleva como símbolo de pasión, motivo de arraigo a la vida; la primera reinterpretación y segunda historia o capa es la que desencadena la periodista Susan Orlean, interesada en investigar el caso de Leroche, lo que la lleva a acercarse a su figura para conocer más de su persona entablándose entre ambos una relación íntima que también quedará reflejada en su novela, resultando ésta una narración de la manera en que Susan hubo de documentarse junto al propio John Leroche para escribir una obra basada en el ladrón de orquídeas pero que finalmente será una obra basada en ambos, en ladrón y periodista; la segunda reinterpretación y tercera historia o capa es el caótico proceso de adaptación de esta novela que emprende el guionista Charlie Kaufman, quien al igual que Susan, en el intento de conocer más fielmente a sus personajes -después compañeros de reparto- interacciona con ellos creando a la par una nueva historia.

Si esta estructura en espiral y este contenido que muda de piel y se rejuvenece aportan ya sobrada complejidad aún aguarda un detalle que retuerce más la obra, del que el espectador toma conciencia tardíamente, ya en la fase crítica, cuando el atolondrado guionista, paralizado en su proceso creador, se plantea introducirse en el relato (argumenta que sólo puede escribir sobre sí mismo, por lo que debe hacer en parte suya la historia). Entonces se disparan todas las sospechas: éste tío está escribiendo en mis narices.

Asistimos al proceso creador de la película porque tal proceso es la trama, la trama macroestructural, la que engloba a las individuales. Una película espejo, que se mira a sí misma y observa su crecimiento. De esta forma Charlie Kaufman desarrolla un continuo acto perlocutivo, en tanto su batalla en el acto de escribir el guión es la obra misma; escribe e ilustra a la par. Vive y pone en escena, eclipsando las barreras entre uno y otro ámbito.

A pesar de lo enrevesado de esta triple historia cabe incluso dudar de que sea éste un relato de ficción, puesto que sus personajes son reales y quién sabe -no lo sabremos nunca- si las relaciones entre ellos no se desarrollaron tal y como escenifica la película: John Leroche existe, Susan Orlean y su novela (El ladrón de orquídeas) existen y, como no, este original guionista existe... Charlie Kaufman se interroga, ejerce un ejercicio narcisista quizás para reírse de sí mismo, quizás para mirarse desde fuera vertiéndose en el cuerpo de otro, en el de Nicolas Cage. O para vivir doblemente, como su propio personaje a cuyo fiel retrato se le ha sumado una dosis de irrealidad: un hermano gemelo inexistente en la práctica, en la vida real, y puede que también en la de la película, funcionando como álter ego alucinatorio del Charlie Kaufman fílmico. En todo caso, viva doblemente o no el guionista de mentira, él sí funciona innegablemente como álter ego del Charlie Kaufman de verdad. Esto es un lío.

Realidad ficcionalizada, el reverso del "toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son" de Calderón de la Barca: en Adaptation el sueño es corpóreo, la ficción testimonio.


2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho leerte, especialmente los lazos con los que conectas las estructuras internas de la película en sí y también las relaciones que tiendes hacia afuera. Pero (y esto es algo ya personal) me resulta difícil leerte sin pausas (fíjate que en el primer párrafo no hay más que un punto al final), pero ya te digo, que es algo personal.

    ResponderEliminar
  2. La composición de ese párrafo me ha llevado mucho tiempo, y en general he intentado tomar medidas para que se comprendiera lo mejor posible, de ahí los incisos, las comas y los dos puntos. No he buscado crear un texto para una lectura relajada. Te agradezco mucho tu opinión. Un beso.

    ResponderEliminar